El Manifiesto de los intelectuales contra el Terrorismo


El Manifiesto de los intelectuales contra el Terrorismo

Nuestra sociedad está sufriendo, desde hace más de cuatro años, de los ataques asesinos de un terrorismo islámico organizado y apoyado por redes locales, regionales e internacionales. Docenas de víctimas han perecido de entre las personalidades políticas, los militares, la policía, las fuerzas de seguridad y civiles extranjeros y tunecinos.
El terrorismo tiene como objetivos la destrucción de la paz civil, la cohesión social, la seguridad del Estado y la economía. Recluta sus adeptos, esencialmente, en los sectores más vulnerables de nuestra juventud y propaga el odio del Otro y la banalización de la violencia.
Conscientes de la necesidad de movilizar todas las fuerzas de la sociedad civil, el estado y todos los actores políticos, nosotros, mujeres y hombres, universitarios, docentes, agentes culturales y creativos reunidos en este Congreso contra el terrorismo y para la defensa del Estado democrático y civil, adoptamos el presente manifiesto:
El terrorismo es un fenómeno total porque fruto de una ideología que se presenta al mundo como una forma de ser, pensar y actuar, que involucra medios materiales y una propaganda basada en un uso intensivo y abusivo de las nuevas tecnologías de comunicación. Para neutralizarlo y desterrar sus raíces en la sociedad, debe ser analizado en todas sus dimensiones.
El terrorismo, que sufrimos los actos de barbarie, es la expresión ideológica de una minoría violenta que se basa en una interpretación literal y extremista de la religión y sus textos fundacionales. Esta ideología aliena especialmente las mujeres, cuya liberación era el principal operador de la modernidad en nuestra sociedad.
La mayor parte de los principios y visiones del terrorismo islamista se fundamenta en las tradiciones del islam salafista wahibi y las ideologías políticas que inspiraron, sobre todo la de los "hermanos musulmanes". No es un fenómeno estrictamente tunecino. Es transfronterizo y constituye un eslabón de una cadena global de terrorismo internacional activo en la región, en el este y el oeste. Es alimentado por redes en los que confluyen complejos y múltiples intereses geopolíticos ideológicos, económicos y militares.
Enemigo de la modernidad y de nuestro patrimonio plural y milenario, el terrorismo Yihadista que ha declarado la guerra contra la república civil y democrática, se ajusta espontáneamente en el capitalismo globalizado mientras rechaza la universalidad en nombre de identidades política e ideológicamente construidas.
Las divisiones económicas, sociales y culturales dentro del país y en el mundo sugieren a los jóvenes contestatarios que el terrorismo puede ser la alternativa saludable y crean la ilusión de que este "yihadismo" es una respuesta 'legítima' y 'justa' a las injusticias del mundo.
Para derrotar el terrorismo, hay que construir un proyecto de futuro capaz de convencer a los jóvenes de la posibilidad de actuar, expresarse y prosperar en la sociedad y no contra ella, de forma pacífica y organizada y no por la violencia y la auto-exclusión.
Para ello, el Estado, las instituciones económicas, sociales y culturales, la sociedad civil, los jóvenes y nosotros intelectuales de todas las tendencias filosóficas, artísticas y religiosas, estamos llamados a reflexionar y actuar de diversas maneras, para reconstruir un pacto social común basado en valores y compromisos mutuos capaces de restablecer el Pacto cívico severamente dañado.
Este nueve pacto se basa en:
• Un estado de derecho basado en la Constitución, que se defiende y defiende a la sociedad, que impone el respeto de las leyes y la independencia del poder judicial y detiene la destrucción y la autodestrucción.
• Un proyecto renovado de la sociedad, basado en los principios universales de la igualdad entre hombres y mujeres, de la libertad de la persona y del pensamiento, garantizados por la Constitución.
• Una reformulación de la relación del Estado con la religión para establecer una clara separación entre política y religión, entre la esfera pública y la esfera privada, revisar los estatutos de los organismos a cargo de los asuntos religiosos con el objetivo de garantizar su neutralidad y su protección contra cualquier manipulación ideológica.
• Profesores y un sistema educativo capaces de cuestionarse e innovar: una escuela que educa, enseña la convivencia, cultiva y libera la capacidad de la persona.
• Una universidad ciudadana abierta al mundo, al pensamiento crítico y a la renovación de conocimientos, disfrutando de la libertad académica y de medios que garantizan la calidad de la enseñanza.
•Una política de cercanía cultural que pone el arte y el patrimonio al servicio de la sociedad y su desarrollo.
• Una política social que lucha contra la desigualdad y ofrece oportunidades para el beneficio de todas las regiones, jóvenes y todos los grupos sociales.
• Un incremento de espacios mediáticos para sensibilizar a la opinión pública sobre los riesgos relacionados con el repliegue identitario y los conceptos reduccionistas y dogmáticos de la religión y de la historia, para proteger la sociedad contra sus peligros.
Conscientes de nuestras responsabilidades y deseosos de contribuir democráticamente a las acciones para sentar las bases de una profunda reforma de nuestra sociedad y su cultura, nosotros, firmantes de este manifiesto nos movilizamos de manera duradera como un colectivo de acción y de propuestas contra el terrorismo, para una transición democrática que garantiza la libertad, la justicia y la paz a todas las tunecinas y los tunecinos.

Congrès des intellectuels tunisiens    Contactar con el autor de la petición